sábado, 28 de noviembre de 2015

La sutil diferencia entre quererse y adorarse

Cada uno es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo o mente, pero yo también lo soy de opinar. Dicho esto...

Estoy viendo que la gente tiende, sobre todo en las redes sociales, a quererse de una forma, creo, demasiado extrema, e incluso he podido ver a algunas personas afirmar que la "humildad" no es necesaria y que es denigrarse y subestimarse a uno mismo. Ese "quererse a uno mismo" a veces se convierte en un "hacerse publicidad de lo bueno que eres", e incluso en ocasiones a enseñar a los demás la "magnificencia de tu cuerpo y alma, situándote por encima del resto de banales mortales porque no comparten tus gustos, que son supremos y dignos de los dioses, que por cierto, uno de ellos, soy yo." Es decir, yo, yo, yo, yo, yo, yo o una autofelación en toda regla.

Hablando de forma más seria, no llego a comprender este comportamiento. Desde luego que es recomendable quererse y tener buena autoestima, pues te ayudará en incontables momentos difíciles de la vida, pero asumir que esa falsa autoestima, que más bien es arrogancia y soberbia, es lo recomendable, me parece llegar a unos extremos poco saludables. Y lo peor de todo es que las personas que presentan este comportamiento suelen tener un ingente número de admiradores, es decir, gustan y atraen, de ahí su complejo de Dios/a. Como con todo, se podría mantener un término medio decente, o por lo menos no olvidarse de que ese término medio existe y volver a él de vez en cuando, pero al parecer hay personas que se obstinan en no mirar más allá de sus pies. No quiero generalizar, pero también parece que muchas de esas personas son las que especialmente muestran una carencia considerable de empatía -algo que no es de extrañar ya que su vida es un espejo perpetuo y no ven más allá de sus narices-. Pareciera que quieran demostrar que son super humanos, capaces de vivir alejados de lo mundano y del resto de personas que no merecen su contacto. Pero... si están tan seguros de quererse de forma plena, ¿qué necesidad tienen de clamarlo a los cuatro vientos? De ahí nace su mayor incoherencia, pues para quererse tanto como se quieren, parece que necesitan de los demás. Su círculo de autocomplacencia parece que se rompe y se convierte en un triángulo en algún momento.

Nunca la humildad será un impedimento del quererse, es más, la humildad es totalmente complementaria. Una persona humilde es la que reconoce sus puntos débiles y sus fallos, y en una muestra de quererse, después de admitirlos, intenta paliarlos. ¿De qué sirve quererse de esa manera exacerbada si después no eres capaz ni de ver tus más resaltables defectos, y con ello, no llegar a esa perfección que parece quieren alcanzar? De qué sirve ser tan bueno, según tu punto de vista, si después no eres capaz de hacer lo más mínimo para ayudar a tus semejantes. No creo que exista un paradigma de buena persona, ya que están basados en la moral creada por las ingentes sociedades que han existido, pero me arriesgaría a afirmar que dentro de ese paradigma la humildad es uno de los rasgos más necesarios. No sé en qué momento de la evolución humana la autoestima pasó a llamarse arrogancia, lo que sí sé es que da auténtica pena ver que esas personas son las que triunfan en la sociedad actual. Aunque en verdad, no debería sorprenderme, porque sociedad tan fría, altanera y egoísta como la actual realmente necesita de elementos de ese calibre.

"Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría."
Salomón

"Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto"
Antonio Porchia



No hay comentarios:

Publicar un comentario