sábado, 6 de febrero de 2016

La pava de Cazalilla

Decís que la pava caerá,
y así lo hará vuestra decencia.
Sois un canto primitivo
que en su última resonancia
insiste en alargar la muerte
creando muerte sobre muerte.
No sois más que el vestigio
de una rana moribunda que
con su vómito se come a la locura.
Sois una nube negra, lisa y plana,
hija de esa misma pava, a la que,
como diminutos titanes, extirpáis
y no dejáis que os amamante.

Dicho en román paladino, que sois unos indecentes y un tanto enfermos mentales. Que ya es hora de que os muráis, Dios mediante y si es posible desde una iglesia, como tanto parece que os gusta todo eso, y deis paso a una sociedad un tanto más abierta y menos asesina -porque en alguna ocasión la pava ha muerto, claro-. Os recuerdo que la mayoría de vosotros sobrepasa los 60 o incluso los 70 años; empezad a hacer buenas acciones... porque Dios para vosotros está a la vuelta de la esquina y no lleváis haciendo muchos méritos para ganaros su favor divino, haciendo eso con su creación. A lo mejor algún día me sitúo en lo más alto de una iglesia y lanzo a alguien al suelo, porque oye, es una tradición de hace dos minutos que me acabo de inventar, pero oye, una tradición, y además no sufre ni lo mato yo, es la gravedad quien lo hace, que hubiera tenido alas como la pava... ¡Gravedad asesina, gravedad ETA! 

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